xiste una regla básica de que a una persona psicótica le preocupa el pasado; una persona neurótica apenas es capaz de mantenerse al día con el presente y a una persona cuerda le preocupa el futuro.

Esta división podría realizarse de manera más específica si se tiene en cuenta que el neurótico apenas es capaz de encarar el presente, pero que quien está muy, muy cuerdo encara el presente por completo y le preocupa muy poco el futuro, al ser lo bastante competente como para controlar el presente y dejar que el futuro se ocupe de sí mismo. Tanto mirar al pasado como al futuro lejano son esfuerzos por evitar el tiempo presente, y son esfuerzos por mirar hacia alguna otra parte, más que mirar a algo. (Con tiempo presente queremos decir el momento que es ahora. Es el instante que es ahora y los instantes sucesivos del “ahora”.)

Has conocido personas que cuando se les pregunta algo, contestan en relación a un tema enteramente diferente; cuando se les consulta sobre el tiempo, contestan sobre un meteorólogo. La incapacidad para mirar a algo se hace patente por primera vez al pensar antes de mirar; y luego, el objetivo real al que la persona debería mirar se evita cada vez más, hasta que está enteramente oculto en un embrollo de complicaciones.